El error mas común que podemos identificar en los promotores es dejarse llevar por la intuición evaluando los proyectos de forma emocional bajo el efecto Pigmalión y la creencia de que en mercados alcistas todo es posible, «todo se vende», perdiendo la visión más crítica y volviendo arriesgadamente optimistas.-
El segundo error es desconocer u obviar la demanda construyendo en base a la máxima rentabilidad por mayor número de metros cuadrados de techo vendidos, sin tener en cuenta las necesidades del consumidor, los cambios sociodemográficos, intereses, capacidad crediticia o modas puntuales de los entornos.
Valorar exclusivamente por comparación o monitorización de la competencia pensando en crear un nuevo nicho de mercado que debe generar una nueva demanda o competir en similares características creyendo que el consumidor seguirá la tendencia de compra de nuestra competencia o que se generará nueva demanda para la nuestra. De esta forma se terminan valorando suelos por encima de su valor de mercado y se acaba rápidamente con la rentabilidad de la inversión.
No tener la demanda antes de crear la oferta. En la actualidad existen diversas fórmulas digitales y analógicas que nos permiten generar o encontrar los compradores futuros de nuestra promoción antes de realizar la inversión, lo cuál permite realizar proyectos a medida del cliente y mantener el riesgo de fracaso en mínimos.
No delegar adecuadamente la comercialización en empresas como Grupo Presente y realizar todo el proceso comercial internamente y bajo su cuenta y riesgo o devaluando el producto por una comercialización masiva y sin dirección, soportada en agencias locales que no en todas las ocasiones realizan un trabajo correcto y eficiente o invierten recursos y tiempo en los proyectos.
En Grupo Presente invertimos junto al promotor en la creación, dirección, gestión y ejecución de todo el proceso comercial de la obra nueva, siendo así el aliado perfecto, corriendo el riesgo junto al promotor y provocando que las posibilidades de venta se multipliquen.